Vía Quinurenina

La vía de la quinurenina (KP) del metabolismo del L-triptófano produce varios metabolitos neuroactivos con estructura de aminoácidos. Estos metabolitos pueden desempeñar un papel importante en la fisiopatología del síndrome del intestino irritable, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington, la esquizofrenia, el complejo SIDA-demencia, la depresión, la epilepsia y el proceso de envejecimiento. (PMID: 27010891).

El aminoácido esencial triptófano puede también ser convertido en NAD a través de la vía de quinurenina. La vía de quinurenina es la ruta biosintetica mas larga del NAD+: el catabolismo del triptófano a través de la quinurenina produce ácido quinolínico, el cual es entonces convertido a ácido nicotínico mononucleótido, un intermedio en el metabolismo del NAD+.

Hay evidencia de que la KP es sensible a los cambios en la concentración de muchas vitaminas y minerales que desempeñan un papel crucial como coenzimas y cofactores en la síntesis de novo de la coenzima nicotinamida adenina dinucleótido. Se sabe que una reducción en la disponibilidad de la forma activa de la vitamina B6 (piridoxal 5′-fosfato, PLP) afecta a la triptófano hidroxilasa, la quinurenina aminotransferasa y la quinureninasa (KYNU). Las deficiencias de vitamina B2 resultan en una reducción en la actividad de la enzima dependiente del dinucleótido de flavina adenina, la quinurenina 3-monooxigenasa. Los minerales también son responsables del funcionamiento adecuado de las enzimas involucradas en el metabolismo del L-triptófano. Mn(2+), Zn(2+), Co(2+) y Cu(2+) influyen en la actividad de KYNU, y Mg(2+) regula la quinolinato fosforribosil transferasa. Fe(2+) es responsable del funcionamiento adecuado tanto de la indolamina 2,3-dioxigenasa como de la 3-hidroxi-ácido antranílico dioxigenasa. ( PMID: 27010891. )

El ejercicio reduce el riesgo de depresión por estrés.

La proteína PGC-1a1, que se activa en el músculo por el ejercicio aeróbico, regula la expresión de los genes KAT. Por ello, los científicos descubrieron que los ratones con altos niveles de dicha proteína en los músculos también tenían altos niveles de la enzima KAT. Esta enzima convierte a la quinurenina -una sustancia que se genera en momentos de estrés- en ácido quinurénico, incapaz de pasar de la sangre al cerebro y, por tanto, no afecta a este órgano. Aunque no se conoce la función exacta de la quinurenina, los pacientes con enfermedades mentales tienen altos niveles de esta sustancia.

El ácido quinolínico activa los receptores de N-metil-D-aspartato (NMDA) en el sistema nervioso central y estimula la secreción de, entre otras, las interleucinas IL-6 e 1L-1β, las cuales promueven la hiperactividad del eje hipotálamohipófiso-suprarrenal y refuerzan la desviación del metabolismo del triptófano hacia la producción de ácido quinolínico, así como de las interleucinas de la inmunidad innata, con lo cual se reduce más la síntesis de serotonina y se consolida el proceso depresivo.

Vía Quinurenina

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